En un informe del 1 de octubre de 2022 en nuestro perfil de Facebook que llevaba por título : "Bellum omnium contra omnes (guerra de todos contra todos) y la guerra declarada contra Alemania y la UE por el imperio anglosionista del caos y las mentiras = la destrucción total de la infraestructura energética panaeuropea" ya habíamos pronosticado que la economía de la República Federal de Alemania entraría en declive y es así como viene sucediendo en la actualidad. Este trabajo astrológico es solo un complemento de este nuestro pronóstico donde desarrollaremos con mucho mas detalles y gráficos de las configuraciones actuales y futuras donde demostraremos que por lo menos hasta fines de esta década Alemania estará en una crisis existencial y estará obligada a restructurarse para volver a renacer. En un fragmento de este trabajo del 1 de octubre de 2022 escribimos exactamente lo siguiente:
"...La carta hipotética de Alemania con la que trabajamos es la carta del Imperio Alemán de 1871 fig 2, rectificada por el astrólogo alemán Klaus Wessel. En un trabajo del 2016 sobre Alemania "Análisis astrológico de la República Federal de Alemania y su Economía", ya demostramos que funciona muy bien, y esta misma carta junto con otras cartas de otras configuraciones universales nos señalaron lo que se venía para Alemania cuando analizamos después del inicio de la OME (Operación Militar Especial) en Ucrania.
En este trabajo astrológico sobre el destino de la República Federal de Alemania como ya comentamos antes estamos utilizando la carta del Imperio Alemán de 1871, rectificada por el astrólogo alemán Klaus Wessel, así que ahora vamos a desglosar las configuraciones astrológicas mas importante que actualmente están afectando a esta carta hipotética de Alemania y haremos una comparación de los hechos sucedidos en el pasado cuando se manifestaron estas mismas configuraciones para demostrar que nuestro pronóstico astrológico no esta tan lejos de la realidad.
El cosmograma del Imperio Alemán de 1871 muestra puntos sensibles que se activan en períodos de gran crisis histórica. Actualmente, los tránsitos de Plutón, Neptuno y Saturno reproducen configuraciones muy similares a las vividas durante la Segunda Guerra Mundial. Esto permite interpretar paralelismos entre 1938–1946 y el ciclo actual 2022–2030, en particular sobre el rearme militar, la economía y el estado de bienestar.
Hasta 1942, la economía no estaba completamente orientada al esfuerzo bélico. El régimen nazi mantuvo activas algunas industrias civiles, como las de bienes de consumo, para preservar el apoyo popular. Sin embargo, tras la muerte de Fritz Todt en 1942, Albert Speer, como nuevo Ministro de Armamentos, reorganizó la economía para priorizar la producción militar. Esto incluyó cerrar fábricas de bienes no esenciales, aumentar las horas de trabajo y emplear masivamente mano de obra esclava (5 millones de trabajadores forzados polacos y, para 1944, un cuarto de la fuerza laboral total provenía de prisioneros y trabajadores esclavos). Como resultado, la producción de tanques y aviones creció entre dos y tres veces para finales de 1944, a pesar de los bombardeos aliados, en lo que se conoce como el "milagro de producción".
Durante 1944 y 1945, en el periodo más crítico de la Segunda Guerra Mundial, Saturno transitando en conjunción con el Descendente, en oposición al Ascendente y en cuadratura al eje MC - IC, al tiempo que aspectaba al Sol radical en cúspide de IV (regente de XI y corregente de X), puso de manifiesto la acción más dura y restrictiva sobre la estructura del Tercer Reich. La conjunción de Saturno al Descendente reflejó la presión insoportable de los enemigos declarados (Casa VII), que se tradujo en la ofensiva aliada desde occidente con los desembarcos de Normandía y Anzio, y desde oriente con el hundimiento del frente soviético tras Kursk. La oposición al Ascendente marcó el debilitamiento de la propia identidad del Reich, sometida y definida cada vez más por fuerzas externas. La cuadratura al eje MC - IC señaló la crisis total de autoridad y liderazgo (MC), así como la devastación del territorio y del pueblo (IC), claramente visibles en los bombardeos masivos sobre ciudades como Dresde y en la inminente destrucción de Berlín. Finalmente, la presión de Saturno sobre el Sol radical en IV, regente de XI (colectividad, parlamento, alianzas internacionales) y corregente de X (gobierno central), simbolizó el eclipse de la figura de poder y la anulación de toda legitimidad política: las instituciones del régimen nazi quedaron aisladas, sin respaldo colectivo ni reconocimiento internacional. En conjunto, estos aspectos de Saturno expresaron la confrontación con límites infranqueables y la caída definitiva del Tercer Reich, al materializar en forma de derrota militar, colapso territorial y derrumbe institucional lo que ya venía gestándose desde los tránsitos previos de Neptuno.
El papel del tránsito actual de Neptuno en las crisis de Alemania se refleja en la activación de la cuadratura natal Marte - Saturno, donde Marte en XII, debilitado y regente de las Casas II y VII, expone conflictos ocultos, guerras mal gestionadas y un drenaje constante de recursos financieros y alianzas internacionales, mientras Saturno en III, regente de IV y V, señala restricciones en transporte, comunicación y tensiones que afectan al territorio, al pueblo y a la natalidad; históricamente, entre 1939 y 1946, el tránsito de Neptuno en conjunción con Marte y cuadrando a Saturno radical envolvió al Tercer Reich en ilusiones expansionistas sostenidas por propaganda y saqueos, pero terminó disolviendo su estructura con hambre, destrucción y el colapso total. En contraste, el periodo 2023–2028 muestra a Neptuno en oposición a Marte y nuevamente en cuadratura a Saturno, lo que introduce un matiz distinto: en lugar de un delirio expansionista directo, aparece un escenario de desgaste prolongado, pérdida de claridad estratégica y drenaje de recursos a través de conflictos indirectos, particularmente por la creciente implicación de Alemania en la guerra de Ucrania. Aunque no se prevé una guerra abierta entre Alemania y Rusia, todo apunta a que Berlín intensificará su papel en el conflicto, prolongando su duración incluso talvez hasta el 2029, coincidiendo con el horizonte previsto para culminar el rearme militar a costa del Estado de bienestar. En paralelo, Plutón en cuadratura a la Luna radical en VIII (2023–2030) agrava este escenario: la recesión con dos años consecutivos de caída del PIB, más de tres millones de desempleados, un gasto público récord y un plan de rearme cercano a los 800.000 millones de euros revelan cómo el dilema entre defensa y bienestar se convierte en el núcleo de la transformación alemana, donde los recortes en desarrollo social y la creciente presión fiscal apuntan a que es la población la que financia este giro militar, tal como advierten analistas que denuncian que la sociedad alemana está siendo militarizada en detrimento de la cohesión social y del modelo de bienestar, lo que configura un verdadero “punto de no retorno” en el que Alemania debe decidir si logra regenerar su economía en clave digital, verde y equilibrada o si se encamina hacia una erosión prolongada de su rol de liderazgo europeo.
Entre 2026 y 2031, el tránsito de Neptuno sobre el Descendente, en oposición al Ascendente y en cuadratura al eje MC–IC y al Sol en cúspide de IV (regente de la Casa XI y corregente de la X), marcará un ciclo de disolución y reestructuración comparable al vivido entre 1944 y 1949, cuando Alemania pasó de la derrota total a la ocupación aliada y a la dependencia del Plan Marshall, siendo 1946 - 47 los años más críticos; de manera análoga, 2028 - 29 se perfilan como el momento de mayor tensión actual, con una posible erosión del Estado de bienestar y crisis de legitimidad política. Astrológicamente, la oposición de Neptuno al ASC (Casa I) difumina la identidad nacional, debilitando la cohesión interna y la confianza social; su conjunción al DESC (Casa VII) señala alianzas frágiles y la subordinación de Alemania a socios y enemigos externos, en especial en relación con el conflicto de Ucrania y la política de la OTAN; la cuadratura al MC (Casa X) compromete al poder ejecutivo, debilitando la autoridad del gobierno y la reputación internacional del país, mientras la cuadratura al IC (Casa IV) refleja el malestar popular, la oposición política y posibles crisis ligadas al territorio, la vivienda o la producción agrícola; finalmente, el Sol en IV, como regente de la Casa XI, apunta a tensiones en el Parlamento, sindicatos y movimientos sociales, con riesgo de protestas masivas y fractura en las alianzas legislativas, y como corregente de la Casa X, refuerza la fragilidad del liderazgo gubernamental. Así, mientras en 1946 - 47 Alemania sufrió hambre, ruina material y dependencia de ayudas externas, en 2028 - 29 podría enfrentarse a un debilitamiento económico por la carga del rearme, recortes sociales y crisis de representación política, quedando ante el dilema de regenerar su modelo económico y social bajo una visión más equilibrada o atravesar una prolongada erosión de su cohesión y liderazgo europeo.
Es importante resaltar que entre 2026 y 2028 Alemania entrará en uno de los periodos más críticos de su historia reciente, comparable en intensidad al colapso del Tercer Reich en 1944 - 47, aunque con manifestaciones propias del siglo XXI. La conjunción Marte - Saturno del 19 de abril de 2026 en Aries, en la carta levantada para Berlín, activa la casa III, poniendo bajo presión las comunicaciones, transportes, comercio, redes y relaciones con países vecinos. Marte, regente de IV y XII, trae tensiones sobre el territorio nacional y el malestar popular, mientras Saturno, regente de II y corregente de I, refleja restricciones económicas severas y pérdida de confianza en la identidad nacional. Su conjunción con Mercurio, regente de VII y IX, anuncia crisis diplomáticas, deterioro de tratados y confrontaciones ideológicas internacionales.
Lo más llamativo es que, al hacer sinastría con la carta del Imperio Alemán de 1871, esta conjunción cae partil sobre el Descendente, opuesta al Ascendente y en cuadratura con el eje MC–IC y el Sol radical (cúspide de IV, regente de XI y corregente de X). Es decir, el mismo punto de fractura estructural que ya será activado por Neptuno (2026–2031). La superposición de ambos tránsitos sugiere un “punto de no retorno”: entre 2026 y 2028, Alemania se verá forzada a redefinir simultáneamente su identidad nacional (ASC), sus alianzas y enemigos (DESC), su poder ejecutivo (MC), la oposición y el territorio (IC), y el rol del parlamento y de las alianzas internas (Sol regente de XI).
Ahora, con Saturno debilitado en Aries y Marte fortalecido, la dinámica se puede invertir a favor del pueblo (IV) donde las fuerzas de oposición (IC) pueden manifestar una presión social que el Ejecutivo (MC) no logre contener, lo que aumenta el riesgo de protestas masivas, pérdida de legitimidad del gobierno de Merz y deterioro de su coalición CDU–SPD. En el plano internacional, la presión se orientará hacia un rol más beligerante en el conflicto de Ucrania, no necesariamente en guerra directa, pero sí en un mayor involucramiento militar, logístico y económico, lo que drenará aún más las finanzas públicas y el Estado de bienestar.
En 2027, Saturno seguirá presionando los mismos ejes, generando rigidez y desgaste institucional. Y en 2028–2029, con Neptuno alcanzando su punto de máxima fuerza sobre el Descendente y cuadrando al Sol y MC- IC, puede llegar la disolución del modelo vigente: debilitamiento del liderazgo de Alemania en la UE, una crisis parlamentaria y social comparable al desmoronamiento de 1946- 47, pero expresada en recesión prolongada, polarización interna y pérdida de cohesión en las alianzas internacionales.
En conclusión, 2026 - 2028 marca para Alemania un ciclo de crisis estructural total, donde convergen tensiones territoriales, diplomáticas, económicas y sociales. El periodo puede estar señalado por la caída o desgaste irreversible del gobierno de Merz, una transformación profunda del sistema de partidos (auge de AfD y BSW), una presión creciente desde la OTAN y la UE para sostener el conflicto en Ucrania, y la erosión progresiva del Estado de bienestar como “precio del rearme”. Astrológicamente, la secuencia Marte - Saturno (choque inmediato) y Neptuno (disolución prolongada) sugiere que el país será llevado a un punto de fractura donde se verá obligado a redefinir su identidad, su rol internacional y su modelo socioeconómico hacia finales de la década.
Alemania 2026–2029: Saturno como Cronocrator, la disolución neptuniana y el vasallaje a EE.UU.
El ciclo 2019–2029, dominado por Saturno como cronocrator (señor del tiempo) de la carta hipotética de Alemania, marca ya de por sí un periodo de austeridad, dureza y crisis estructural, pero este peso se intensifica cuando Saturno se convierte también en divisor entre noviembre 2025 y abril 2028, tiempo en el que además colabora Júpiter como planeta participante, que en la natal esta retrógrado y en detrimento en Géminis en casa XI, debilitando de por si las Casas III y VI que rige (transportes, comercio, comunicación, empleados, trabajadores, la fuerza laboral, los funcionarios y los empleados del estado asi como el ejército, y la salud pública). En este marco, el supuesto “trígono benéfico” entre Júpiter y Saturno (divisor) no alivia sino que amplifica las contradicciones: un Saturno debilitado, en cuadratura a Marte en XII (regente de II y VII), activa de nuevo la tensión entre economía (Casa II), alianzas y enemigos (Casa VII) y los conflictos ocultos que drenan recursos y estabilidad nacional.
Astrológicamente, el periodo 2026–2028 será de máxima fragilidad, como ya comentamos antes Saturno y Neptuno transitarán sobre los ejes cardinales y el Sol radical (en cúspide de IV, regente de XI y corregente de X), replicando con inquietante similitud lo ocurrido en 1944 - 47, cuando la estructura del Tercer Reich se desmoronó bajo presión externa e interna. A la vez, la conjunción Marte - Saturno del 19 de abril de 2026 en Aries, en sinastría exacta con el Descendente y en cuadratura al Sol y al eje MC - IC de la carta de 1871, refleja el choque brutal entre política exterior, oposición interna, poder ejecutivo y la identidad de la nación. En términos mundanos: protestas sociales, pérdida de legitimidad del gobierno de Merz, deterioro económico, crisis de coalición y creciente involucramiento militar en la guerra subsidiaria contra Rusia.
Tal como advierte el profesor Michael Hudson, Alemania ya no actúa como potencia soberana sino como “daño colateral” de la nueva Guerra Fría estadounidense: primero sacrificó su seguridad energética con el sabotaje de Nord Stream, y ahora sacrifica su Estado de bienestar para financiar el rearme y sostener un conflicto que EE.UU., bajo Trump, busca abandonar trasladando el costo a sus vasallos europeos. Alemania, como centro económico de la UE, carga con el peso principal de este relevo geopolítico, lo que se refleja astrológicamente en la cuadratura de Plutón a la Luna natal en VIII (deudas, recursos compartidos, sacrificios colectivos) y en la "cronocratoria" saturnina que impone privaciones y restricciones duraderas.
El paralelismo histórico es claro: entre 1944 y 1947, Saturno y Neptuno sobre los mismos ejes marcaron la derrota total y la disolución del Tercer Reich; ahora, entre 2026 y 2029, Alemania no enfrentará necesariamente una guerra directa, pero sí un colapso del modelo de prosperidad social y liderazgo europeo construido tras 1949. El vasallaje hacia Washington y la subordinación a la OTAN obligarán a Alemania a intensificar su participación en la guerra de Ucrania, drenando recursos y provocando fracturas internas, mientras el Estado de bienestar se erosiona bajo el peso del rearme.
En conclusión, el colofón de este ciclo es que Alemania entra en una década de Saturno y Neptuno, donde las restricciones (Saturno) y la disolución (Neptuno) se entrelazan para transformar radicalmente su papel en Europa y el mundo. Si en el pasado el precio fue la devastación territorial y la pérdida de soberanía militar, hoy el precio será el desmantelamiento progresivo de su cohesión social, su soberanía económica y su imagen de potencia estable en el corazón de Europa, convertida en ejecutora del proyecto estratégico de EE.UU., incluso a costa de su propio pueblo.
El periodo 2019–2029, con Saturno como cronocrator, es comparable al ciclo que Alemania vivió desde marzo de 1945 hasta 1955, cuando Saturno tomó el relevo tras la devastación de la guerra. En ambas fases, Saturno simboliza peso, restricciones, reconstrucción bajo presión externa y pérdida de soberanía. No es casual que entre 2025 y 2028 Saturno sea también divisor, acompañado de un Júpiter debilitado en Géminis, reflejando un escenario de sacrificios colectivos, economía en recesión y tensiones diplomáticas que apenas encuentran salida. Este clima se conecta directamente con la subordinación geopolítica descrita por Michael Hudson: Alemania cargando con el peso de la guerra subsidiaria contra Rusia, bajo la tutela de Washington y con su política interior desgarrada por la austeridad y la polarización.
La comparación histórica es muy significatica:
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Julio 1934–marzo 1945 → Marte como cronocrátor: etapa de agresión, guerra, confrontación bélica y radicalización ideológica.
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Marzo 1945–octubre 1955 → Saturno como cronocrátor: la derrota se traduce en ocupación, restricciones durísimas, pérdida de soberanía y un modelo político impuesto desde fuera.
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Octubre 1938–marzo 1947 → Saturno divisor: años críticos de desmoronamiento interno, hambre y ruina.
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Marzo 1947–julio 1963 → Júpiter divisor: inicio de la recuperación, plan Marshall, reinserción en el comercio global y bases del “milagro alemán”.
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Octubre 1955–mayo 1966 → Sol cronocrátor: el renacer alemán bajo Adenauer y Erhard, auge económico y cultural, recuperación de la identidad nacional.
El paralelismo con la actualidad es claro:
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2019–2029 → Saturno cronocrátor, como en 1945–55, representa crisis estructural, pérdida de autonomía y sufrimiento colectivo.
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2025–2028 → Saturno divisor, espejo de 1938–47, simboliza los años más críticos: la economía al borde de la recesión prolongada, la presión externa de EE.UU., la implicación en la guerra subsidiaria y la erosión del Estado social.
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Desde 2029 → Sol cronocrátor (hasta 2040), igual que tras 1955, abre la posibilidad de un nuevo renacimiento: la proyección internacional de Alemania se reconstruye, el país redefine su identidad nacional y busca una nueva centralidad, esta vez probablemente menos dependiente de EE.UU. y más vinculada a su propio eje europeo - eurasiático.
Astrológicamente, el paso de Saturno a Sol (señores del tiempo) es radical: de la oscuridad, el sacrificio y la dependencia a la luz, la visibilidad y la afirmación del yo colectivo. Alemania podría aprovechar esta transición para reestructurar su rol, ya no como simple “vasallo de EE.UU.”, sino como potencia con mayor autonomía en un orden multipolar. Sin embargo, el precio del vasallaje 2026 - 28 con Neptuno y Saturno en tránsito debilitando los ejes cardinales y el Sol radical, será alto: pérdida de cohesión social, crisis de legitimidad y erosión del modelo económico exportador.
En síntesis, el periodo 2026–2028 será para la Federación Alemana lo que 1944 - 47 fue para el Tercer Reich: una crisis existencial que desmorona las bases del modelo anterior. Pero, como entonces, el relevo hacia el Sol cronocrator en 2029 abre el camino a la reconstrucción. Si en los años 50 el país pasó de ruinas a milagro económico, en los 2030 podría pasar de vasallaje a una mayor independencia, siempre que logre redefinir su soberanía frente a EE.UU. y reequilibrar su relación con Rusia, China y el nuevo orden multipolar emergente que nace bajos las resonancias de la conjunción de los cronocratores Júpiter y Saturno de 2020 en Acuario.
La siguiente reflexión fue escrita el 28 de febrero de 2022 en nuestro perfil de facebook (reeditado con algunas pautas y pequeño cambio de estilo), apenas cuatro días después del inicio del conflicto en Ucrania, con la llamada “operación militar especial” de Rusia. Este documento no es solo un análisis astrológico ni un ensayo político; es, ante todo, un testimonio del tiempo. Se redactó en los primeros días de una guerra que reconfigura el destino del mundo y marca el amanecer de un nuevo orden multipolar policéntrico.
La intención no es dictar certezas absolutas, sino dejar constancia de cómo, desde la astrología y la observación de los ciclos cósmicos, se percibió la magnitud del cambio histórico que atravesamos. Aquí se refleja la conciencia de que estamos viviendo una coyuntura única, irrepetible y decisiva para la humanidad: el tránsito entre el viejo orden unipolar de occidente en decadencia y el surgimiento de un horizonte euroasiático.
El 24 de febrero de 2022 fue el día del último dolor antes del parto de este nuevo orden que viene naciendo, desgraciadamente con sangre. Nace con una operación militar especial de la Federación de Rusia en Ucrania; nace con un fratricidio eslavo incitado por Occidente al no querer entender y aceptar que es el fin del decadente orden unipolar.
El pivote de Rusia hacia Euroasia es de no retorno; es en esa dirección donde se dirigen los vectores de las líneas acimut de los cronocratores desde Moscú.
Siguiendo en el contexto de todo lo que está viviendo el mundo en estos momentos, dentro del gran cambio de elemento (CRONOCRATORES), uno de los eventos cosmológicos más importantes dentro de la astrología clásica mundial, el siguiente gráfico sinérgico es la síntesis más completa a la que hemos podido llegar en nuestras investigaciones astrológicas. Con él buscamos fundamentar que los tiempos que nos está tocando vivir como especie humana son realmente cruciales. De estos tiempos depende hacia dónde se dirigirá el bípedo humano: o seguirá siendo un ser de luz, incluso con todas sus imperfecciones pero utilizando la tecnología para su bien, o se extinguirá al convertirse en una máquina perfecta, funcional y transhumana gracias a los avances tecnológicos de la cuarta revolución industrial (Elemento Tierra = Plutón en Capricornio).
No creo que ningún astrólogo en el mundo haya podido percibir esta vista panorámica completa, jupiteriana, de los eventos cosmológicos que convergieron en estos tiempos. La mayoría lo vio, pero de manera aislada, muy mercurial o incompleta; o tal vez lo vieron pero no lo plasmaron en un gráfico. Solo podemos afirmar que fue un simple destello astrológico y nada más dentro de nuestras investigaciones saturninas.
Cuando actualizamos este gráfico en uno de nuestros trabajos, escribimos exactamente esto:
“...No quisiéramos que se nos entienda como fatalistas ni que se tergiversen nuestros pronósticos, pero tenemos que resaltar que la proyección de nuestros deseos y esperanzas, a lo mucho, puede cambiar nuestro entorno más íntimo y cercano. Eso nos puede llevar a la autarquía personal en todo nivel si es que nos esforzamos como una manera de luchar y escapar de lo que está por venir. Y no es ninguna broma: se vienen tiempos difíciles. No nos olvidemos que la conjunción de los cronocratores que marcará el destino para la siguiente década y más allá tiene una cuadratura - si bien plática, pero operativa - con Marte y Urano. Toda esta configuración planetaria no presagia nada tranquilo, más aún cuando los Estados-nación, a nivel mundial, están intentando entablar un totalitarismo médico, sanitario y tecnológico utilizando el veneno coronado Covid-19 y su “seudopandemia”.Las protestas y el caos a nivel mundial solo aumentarán y no serán nada pacíficas. La hambruna y el desempleo masivo están ya a la vuelta de la esquina. Las masas cada vez serán más inservibles para el socialismo corporativo neofeudalista que, gracias a la tecnología, suplantará la mano de obra.”
Desde esta perspectiva, como habrán podido notar, estamos viviendo tiempos increíbles, únicos e irrepetibles en la existencia del “bípedo humano”, para bien o para mal.
Para terminar este trabajo queremos resaltar que en nuestro anterior estudio (enlace) ya habíamos hecho un análisis, así como un gráfico sinérgico único, donde convergen la triple conjunción de Júpiter–Saturno–Plutón, el cambio de triplicidad de los cronocratores, la caída más baja del índice cíclico planetario del siglo XXI, y el descubrimiento sinérgico plasmado en dicho gráfico. Ahora lo hemos actualizado con información gráfica del ciclo solar, donde se puede apreciar el mínimo solar de 2020, que según nuestro criterio también es de suma importancia al sumarse a esta convergencia. Esto da mayor soporte a la hipótesis que planteamos sobre el periodo especial que está viviendo la humanidad desde 2020.
Sobre las efemérides y conjunciones históricas
“Si analizamos las efemérides astrológicas desde el año 01 d.C. hasta la actualidad, podemos notar que en el signo de tierra cardinal de Capricornio solo se han manifestado 11 conjunciones del sínodo Júpiter–Plutón (14 de enero de 52, 28 de noviembre de 288, 13 de febrero de 301, 27 de diciembre de 537, 15 de marzo de 550 —triple conjunción—, 22 de enero de 787, 21 de febrero de 1036, 22 de diciembre de 1272, 31 de marzo de 1285 —triple conjunción—, 18 de enero de 1522 y 25 de febrero de 1771). La del 2020 fue la duodécima desde ese periodo, dentro de las cuales, como ya comentamos en otros trabajos, solo en dos oportunidades antes del sínodo del 2020 se manifestó la triple conjunción de Júpiter–Saturno–Plutón, cada una con sus diferentes matices.”
En un artículo anterior, titulado “La última conjunción de los Cronocratores Júpiter–Saturno en el elemento Tierra: la ascensión de Putin al poder y el fin del mundo unipolar y del dominio de Occidente”, escribimos lo siguiente:
“Una de las primeras fue en el 549 d.C. (hechos históricos de ese año), donde tuvimos la conjunción Saturno–Plutón en Capricornio, y en el 550 d.C. (hechos históricos de ese año) Júpiter, Saturno y Plutón tuvieron su máxima aproximación por orbe en Acuario. Posteriormente, a finales de 1284 d.C. (hechos históricos de ese año) tuvimos otra conjunción de Saturno–Plutón en Capricornio, y la máxima aproximación por orbe de la triple conjunción fue en 1285 d.C. (hechos históricos de ese año), entre Capricornio y Acuario. Como podemos constatar, esta triple configuración universal no es nada trivial en la historia. Y si a todo esto le agregamos que durante ese periodo nos encontraremos en la caída más profunda del índice cíclico planetario del siglo XXI, sin duda el 2020 será un punto de inflexión crítico-existencial en el devenir de la humanidad”.
Este sínodo de Júpiter - Plutón en Capricornio, por el efecto de la retrogradación de Júpiter, tuvo tres aspectos partiles y, por ende, se extendió casi hasta finales de 2020, tal como se puede apreciar en el gráfico dinámico de los aspectos que muestra las fechas de dichos aspectos partiles.
“Como habrán podido leer, en las dos anteriores fechas (550 y 1285 d.C.) donde se produjo esa triple conjunción de Júpiter–Saturno–Plutón, las aproximaciones por orbe sucedieron entre los signos de Acuario y Capricornio. Esto indica claramente que la triple conjunción del 2020, desde el año 01 d.C., es muy especial e incluso podríamos decir única, ya que la máxima aproximación por orbe sucede limpiamente en Capricornio, bajo el dominio total de Saturno. Esto nos lleva a determinar que este triple sínodo es de suma importancia en el devenir de la humanidad, más aún cuando nos encontramos en la caída más profunda del índice cíclico planetario del siglo XXI, así como en el punto medio del milenio astrológico deducido de las conjunciones de Júpiter–Saturno de 960 años ±, tal como podrán apreciar en el siguiente gráfico compuesto.”
Aclaración final
El propósito de nuestros estudios astrológicos es únicamente difundir el estudio de la ciencia de las tendencias y los ciclos planetarios, respecto a sus influencias globales en los ámbitos social, político, económico y climático, así como también en el colectivo.
Los trabajos, análisis, ideas, gráficos y toda la metodología que se muestran en nuestro Blog Zodiac Revolution (o donde lo publiquemos) no están sujetos a ningún tipo de derechos de autor. Toda esta información puede ser reproducida, difundida, interpretada, deformada o adulterada de acuerdo a los propios intereses y necesidades de quienes la lean. Pueden hacer lo que quieran con ella, incluso atribuirse su paternidad y autoría, sin nuestro consentimiento ni el permiso absolutamente de nadie.
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